Cuando se alude desde la izquierda revolucionaria
al sistema capitalista como un sistema coactivo, explotador y nefasto para la
clase trabajadora en todos los sentidos no se hace en abstracto ni por gusto.
Son muchos y múltiples los temas a tratar en este sentido. Hoy queremos hablar
de uno que se está utilizando con mucha frecuencia en nuestros pueblos y
comarcas de Andalucía y otras latitudes.
En Andalucía sabemos muy bien de esa problemática,
donde la mayoría de jóvenes y no tan jóvenes no poseen un contrato estable, que
les permita vivir con un mínimo de seguridad, sin incertidumbres, que les
permita, al menos, lo mínimo indispensable para poder acometer proyectos por
ellos mismos. Pero una empresa propia, una vivienda, una familia, un coche o el
más insignificante gasto de un fin de semana no podemos acometerlo sin un
trabajo. No es baladí, el trabajo es el sustento de nuestra vida.
No quieren que tengamos un contrato estable porque
así creen que pueden movernos como marionetas, porque así saben que estamos en
pelotas, sin derechos, sin el beneficio de la duda ni de la palabra.
¿Quién no ha conocido alguna vez al gerente o
empresario mentiroso y descarnado que no le importa dejarte tirado en la
cuneta, sin vergüenza ninguna después de todo lo hecho por él y la empresa?
¿Quién no ha conocido al chivato de turno, que poniendo una sonrisa hipócrita,
te apuñala y te delata cada vez que dices alguna palabra, aunque sea “hola”?
¿Quién no ha conocido al encargado que tan muerto de hambre como tu, solo sabe
insultarte y después se caga en los pantalones cuando sube las escaleras de la
dirección del jefe? ¿Quién no ha conocido insultos, improperios, historias
inventadas, menosprecios problemas creados o invenciones que te causan el tener
que irte de la empresa o te ha causado el despido por culpa de algunos de los
personajes arriba citados?
La no renovación del contrato como forma de despido
injustificado es una forma brutal de represión al trabajador, es una mordaza
que impide defenderse en modo alguno, por mínimo que sea, de los ataques mas
burdos, inesperados e injustificados por parte de algún superior con ínfulas de
Napoleón que confunde el trabajo y el ordenamiento de tal, con el despotismo y
la obediencia ciega. Despotismo y obediencia ciega, que reconozcanme al menos
los más insensatos, no están recogidas en el Estatuto de los Trabajadores. Es
una forma de proceder propia de gansters de la mafia más que de empresarios
realmente democráticos en un Estado de Derecho en el siglo XXI.
Es una forma muy elegante de decir “vete a la puta
calle y que te den”. Así, sin más. Lo peor de todo es que esto tiene visos de
legalidad. Cuando desde la izquierda hemos venido denunciando la precariedad
laboral, los contratos basura, las coacciones diversas contra los trabajadores,
sean sindicalistas o no, los insultos, las situaciones abusivas que diariamente
sufrimos los trabajadores, el día a día nos demuestra que acertábamos. Como acertaron
los franceses que consiguieron luchando en la calle tirar a la basura ese plan
del Contrato del Primer Empleo del reaccionario Sarkozy, una estratagema que
allí consiguieron parar pero que aquí, infestados hasta el tuétano del
pensamiento único, más preocupados por el fútbol, la botella y el vicio de
turno, consiguieron, como diría cualquier currante, meternosla doblada.
Y así estamos, señores, tenemos que darnos cuenta
de que todos estos problemas, especialmente el de la no renovación del contrato
como forma de despido y represión descarada, es algo que hipoteca nuestra
futuro, que lesiona nuestra dignidad, es una fina cuchilla que a la más mínima
nos corta la yugular. Es algo que no debemos de permitir los hombres y mujeres
de bien. Aunque sólo sea por salud democrática.
Con tristeza vemos que los atentados contra los
trabajadores tienen curso legal en esta Andalucía del 2007. Con optimismo vemos
que sólo los trabajadores, unidos, tenemos el verdadero poder y que ese poder
debe ser ejercido. En verdad sabemos que el Pueblo Andaluz y los trabajadores
de la Puebla, van a tener el orgullo, la dignidad y el coraje de plantar cara a
los abusos, los chantajes, las represalias, las coacciones y las amenazas.
Somos sólo nosotros/as los que podemos parar esta espiral de represión y
venganza. De ellos, de esos que venden y traicionan hasta a su madre si
debieran hacerlo, no podemos esperar nada. No tienen escrúpulos. Ni los tendrán
hasta que los frenemos en sus fascistas intenciones y métodos. Los trabajadores
moriscos, la lucha obrera, La Puebla de Cazalla, resurgirá de sus cenizas, más
tarde o más temprano, porque no queda otra.
También me pregunto cómo es posible que, en la
Andalucía de 2007, en una Andalucía supuestamente democrática, pasen estas
cosas y además sean consentidas por los poderes y los gobiernos. Porque para mí
los responsables no sólo son los chivatos, los soplones, los muertos de hambre
venidos a mas por una traición de cuatro euros más a final de mes, no sólo son
responsables. Responsables son los Gobiernos, Andaluz y Estatal, que permiten
vergonzosamente esto, que no tienen la voluntad de decir que eso se acabó por
lo sano. Con una orden, clara, nítida, directa. Responsables son la Patronal y
los “sindicatos” del régimen que traicionando al Pueblo, les ponen en bandeja
al empresario explotador de turno la negación de los derechos más basicos de
cualquier trabajador y no sólo ya como trabajador, sino como persona, derechos
negados y atropellos servidos a la carta.
Y finalmente, responsables somos todos/as los/as
trabajadores/as, de permitir que hagan eso con nosotros. Ni el miedo, ni el
silencio, ni las represalias, ni el chantaje o la amenaza justifican esta
situación ni justificaron nunca nada, ni justifican que estemos cruzados de
brazos ante ello. Porque si lo permitimos, renunciamos no sólo a nuestra
dignidad, sino a que los trabajadores y trabajadoras de Andalucía tengamos un
futuro próspero, estable, libre. Nosotros y los que vengan después de nosotros.
Un presente que se lucha día a día para un futuro sin incertidumbres, sin
abusos, sin coacciones.
¿dónde nos quedó el orgullo, moriscos? Yo no me
creo que este pueblo sea así, habrá miedo, pero ya es hora de romper el miedo.
Este es un pueblo muy trabajador, luchador, temible cuando se levanta. Ya está
bien de temblar nosotros, que tiemblen los que hacen temblar. ¿es que quizá no
se lo llevan merecido desde hace mucho? ¿es que quizá, nosotros, los
trabajadores, no somos los que estamos levantando la Puebla y Andalucía con
mucho trabajo, dolor y sufrimiento? ¿es que no somos nosotros los trabajadores
los que aguantamos 50 grados al sol o a la sombra, el frío, la lluvia, la brisa
y hasta los insultos de cualquier desgraciado? ¿Quiénes son esos vulgares
tripones que nos acusan de vagos cuando son ellos los que no han trabajado en
su vida, una vida regalada viviendo del sudor de los demás? ¿qué razones hay
para perder el honor, la dignidad, el buen juicio y la decencia entonces?
El problema aquí ya no son los contratos basura,
sino la basura que nos contrata. El problema es este circo llamado “democracia”
donde siempre pagan los mismos. Y ya está bien. Ahora vendrán a acusarnos los
pelotas de turno en sus tajos, a hablar mal de nosotros/as esos que se han dado
por aludidos. No nos importa. El pueblo lo calla por esa navaja trapera llamada
miedo, pero aquí todo el mundo sabe la verdad, desde el primer vecino a la
última vecina.
Ellos, los responsables de estos atropellos, nos
llamarán extremistas (que no lo somos, por cierto), nos llamarán cualquier cosa
para intentar acallarnos pero no podrán. La razón y la verdad pesan más que la
cobardía y la amenaza.
Y les responderemos, frente al aullido hambriento
del lobo, como cantaba Carlos Cano:
De Ronda vengo
Lo mío buscando
La flor del pueblo
La flor de mayo
Verde, blanca y verde.
Ay, qué bonica
Verla en el aire
Quitando penas
Quitando hambres
Verde, blanca y verde.
Amo mi tierra
Lucho por ella
Mi esperanza
Es su bandera
Verde, blanca y verde
Qué alegres cantan
Las golondrinas
Tierra sin amos
Tierra de espigas
Verde, blanca y verde.
Cómo relucen
Las amapolas
De Andalucía
trabajadora
Verde, blanca y verde.
Amo mi tierra
Lucho por ella
Mi esperanza
Es su bandera
Verde, blanca y verde