domingo, 13 de abril de 2014

Aquí y ahora




Por Juanfe Sánchez

Si, aquí y ahora. No sólo es posible, sino necesario. Porque de lo que se trata, para dejar las cosas claras desde un principio, es del tremendo grito de Blas Infante allá por el 1919 en el Manifiesto Nacionalista: ¡andaluces, no emigréis! ¡combatid! ¡La tierra de Andalucía es vuestra, recobradla!

Quien más quien menos, soportando algún despido, alguna improcedencia, alguna traición, ha escuchado alguna vez esa frase cuasi-terrorista de “si aquí no encuentras trabajo, vete”. Y digo cuasi-terrorista porque no sólo denota un repugnante principio de insolidaridad y egoísmo (de los que estamos por desgracia bastante sobrados), sino porque está implícitamente despojando del derecho que tiene todo andaluz a trabajar en su tierra. Y porque además, niega de facto (y aquí se nota el pensamiento único) que los medios de producción (la tierra, la fábrica, la cooperativa, la industria, la envasadora…) pueda estar en manos del trabajador/a andaluz. Dicho de otra forma, esa frase, de “vete, aquí no tienes nada que hacer”, es una metáfora malsonante e indigna que cubre una situación social injusta: la de negar que el obrero andaluz, que todo el Pueblo Trabajador Andaluz pueda poseer los medios de producción y distribución de Andalucía.

Y nos hacemos la pregunta. ¿Y de qué sirven sino los recursos de Andalucía si no es para el beneficio, prosperidad y libertad del Pueblo Andaluz? Pensaran muchos que es así pero no es así.

El Pueblo Andaluz está desheredado de su tierra, desde la conquista castellana sucesivas generaciones de Andaluces han visto como su tierra les era robada y gestionada por los colonizadores castellanos ayer, por la Iglesia (ayer y hoy), por el cacique de turno, por el señorito hoy… por todos esos “grandes de España” y cazaprimas que han vivido del sudor de los demás, obligando a los andaluces a trabajarles para ellos para poder subsistir en su propia tierra y además, despreciándolos, maltratándolos, humillándolos. Y esos que poseían y poseen grandes porciones de tierra (y se llevan de paso, las subvenciones de la UE) no sólo son dueños de la tierra, son dueños de fábricas, de la escasa industria; otros son representantes de grandes casas comerciales sin más piedad que los anteriores a la hora de saltarse a la torera los derechos de los trabajadores. Algunos otros, los menos, tienen la desgraciada “suerte” de haber sido unos muertos de hambre, crecer económicamente a costa de los demás y pasear su chulería en forma de mofa, de incumplimiento de convenios, de faltas de respeto, de humillaciones, de BMV…lo poseen todo, el pueblo andaluz, en su tierra, en una tierra que en verdad es suya, no posee nada, ha sido obligado, mediante la sangre, el fuego y las armas, a no tener nada.

Al calor de esto, esos grandes señoritos que lo poseían todo y que preferían que cuatro cabezas de ganado pastasen en grandes áreas en vez de industrializar eficazmente su tierra, su pueblo, obligaron a mediados de los 60 a muchos andaluces a tener que irse de su tierra, porque el mísero jornal no le llegaba para poder vivir. Y porque estos mismos señoritos, que abrazando, apoyando y garantizando este sistema injusto, que hicieron emigrar en una tragedia sangrante para Andalucía a millones de andaluces, fueron los mismos que pactaban con las burguesías españolistas madrileña, catalana y vasca el que ellos tuvieran las industrias, que esos señoritos andaluces tuvieran privilegios sin ninguna obligación social y que los andaluces, el Pueblo Trabajador de a pié fuera el que suministrara los recursos humanos para poder levantar los beneficios de estos parásitos del Norte y por consiguiente, levantar industrias y economías lejanas, mientras su tierra, su patria, Andalucía, veía impasible como se desangraban las esperanzas de un pueblo por renacer. Nada mejor que las lágrimas en la casa, en el zaguán, en la estación, para saber lo doloroso de tal hecho. Muchos no volvieron porque no querían seguir pasando hambre, otros no tuvieron ni siquiera la oportunidad de volver porque murieron allá lejos, fuera de su tierra, de su gente. Y Andalucía, sin ser dueña de sí misma.

Blas Infante ya denunciaba con firmeza esta situación que sigue igual en lo sustancial casi un siglo después: “Es una iniquidad monstruosa que, por mantener regímenes privilegiados, sea el país del hambre uno de los más fértiles de la tierra. La tierra de Andalucía es de todos los andaluces, porque para ellos la creó la Naturaleza y no de esos cuantos privilegiados que la han convertido en dehesas y cotos de caza donde se engordan toros mientras perecen los hombres, y donde vienen a divertirse los señoritos, cansados de ociosear en Madrid, en tanto que los andaluces parten a las ciudades repletas a competir por un mísero jornal con los obreros industriales o se lanzan a la emigración. La dignidad de los andaluces exige la creación en Andalucía de un pueblo consciente y capacitado; exige el concluir de una vez, sea como sea, con los caciques y sus protectores los oligarcas; hay que evitar continúe siendo Andalucía el país del hambre y de la incultura, la tierra más alegre de los hombres más tristes del mundo…hay que concluir con la leyenda vergonzosa de la Andalucía de pandereta, vestida de colorines, esclava de caciques y prostituta de toreros”.

Parece que un ex alcalde retirado que gobernó en la Puebla hasta hace poco, muy asiduo a hacerle homenajes a Blas Infante, o mentía en sus actos (cosa normal en él) o no conocía a Blas Infante, por lo cual se engañaba a él mismo y a los que lo escuchaban. Porque después de saber lo que decía Infante, este ex alcalde les ha dicho a muchos jóvenes que le han presentado proyectos empresariales que lo mejor que podían hacer es irse a Ibiza. Lo curioso no ya de este alcalde, sino de todos esos tripones que mandan a la gente a irse fuera, es que ellos nunca lo harían, nunca se van. Y señores tripones, habrá que predicar con el ejemplo para tener credibilidad ¿no?...

Si existen trabajadores que están parados, jóvenes que sólo encuentran precariedad unas veces y desempleo forzado otras, si existe toda una legión de hombres y mujeres sanos que quieren trabajar y no se les deja, (porque el capitalismo necesita parados, no funciona sin parados) si existen hombres a los que se califica de ociosos es porque hay una tierra ociosa. Porque la tierra ociosa, esa que se dedica a cuatro cabezas de ganado o a sembrar trigo para trincar cuatro duros de Europa, es la que crea hombres ociosos. Y esta situación vergonzosa, de injusticia social lacerante, no podemos permitirla por más tiempo los andaluces.

¿Y al final? ¿Que le queda al Pueblo Trabajador? Nada, ni siquiera el agradecimiento por los servicios prestados. Sólo nos queda una migaja que llaman sueldo con el que cada día que pasa es más difícil sobrevivir en esta sociedad de riquezas para pocos y pobreza para muchos.

Cuando uno escucha “no hay trabajo, vete de aquí” me es imposible pensar en otra cosa que no sea denunciar esta mísera situación, empezando por el o la sinvergüenza que lo diga, con más buena o más mala intención. Porque aquí en La Puebla, aquí en Andalucía sí tenemos recursos, recursos de sobra para no tener que seguir emigrando fuera de nuestra localidad, fuera de la tierra que nos parió lejos de los nuestros, lejos de todo aquello donde crecimos, lejos del lugar que nos vió nacer, lejos del lugar donde queremos que crezcan nuestros hijos e hijas. Los moriscos no quieren dejar todo eso atrás, quieren trabajo en su tierra. Sí, hay recursos, quien diga que no miente. Tenemos casi 8000 hectáreas sin cultivar (de las 18.082 de término municipal que tenemos, casi la mitad). ¿Qué crimen se está cometiendo entonces? ¿Por qué no se crean cooperativas municipales, con participaciones colectivas de trabajadores? ¿Porqué no se crean industrias, envasadoras, materia prima con la que trabajar en tan extenso terreno baldío? ¿Nos toman por tontos quizá? ¿O es que hay que tener sólo muy poca vergüenza para decirle a alguien que se vaya cuando no hay voluntad de crear empresas y riqueza aquí con tantas miles de hectáreas que hay baldías, sin plantar? ¿Dejamos que siga creciendo en esas tierras baldías las ortigas, las malas yerbas, la desesperanza y la emigración? ¿O estamos dispuestos a sembrarlas de ilusiones y esperanzas para un futuro próspero para nuestra gente? La tierra yerma, vacía, sin cultivar, sólo da futuro yermo y vacío.

No son los trabajadores andaluces los que deberían de irse, sino la cantidad de sinvergüenzas, “Grandes de España”, cazaprimas y políticos nefastos que creen que Andalucía es su coto privado, su residencia a ratos y que los andaluces/as somos sus criados. Ellos, esos impresentables son los que tienen que coger carretera y manta y no volver nunca más por esta noble, solidaria y abierta tierra de gente honrada pero no de tontos inútiles como piensan. A los trabajadores andaluces nos han robado y negado muchas cosas durante muchos años y muchos siglos. Pero aún nos sigue quedando la esperanza, el derecho y la necesidad de ver que esta nuestra tierra, está al servicio de nuestro bienestar y nuestro futuro y no al servicio ni de cárceles, ni de vertederos, ni de bases militares, ni para cuatro cazaprimas que quieren cobrar subvenciones. En nosotros está romper esta indigna situación. Y la vamos a romper.

Por ello, queremos acabar como hemos comenzado. Gritándole a nuestro Pueblo como ya lo hiciera Blas Infante: ¡Andaluces, no emigréis! ¡combatid! ¡la tierra de Andalucía es vuestra, recobradla!.

Si, aquí y ahora. Queremos trabajo, queremos futuro, queremos que respeten nuestros derechos. Aquí y ahora. No sólo es posible, sino necesario.

Publivado el lunes, 4 de febrero de 2008. (la pancarta de la foto fue pintada por el mismo autor)

Cristianos de base en la Sierra Sur Sevillana, rojos y andaluces






Por Juanfe Sánchez

El movimiento cristiano de base fue un fuerte activo militante tanto en la fundación del SOC como en sus luchas históricas y actuales.

Ese movimiento nació del verdadero amor dado por las enseñanzas de Cristo a los hombres. Un movimiento que no se fraguaba en los suntuosos palacios papales, ni en abultadas cuentas de bancos, ni en la lujosidad o el paternalismo.

Los cristianos de base en la sierra sur, esos cristianos que siguieron su consagración a Cristo y su verdad, se fraguaron al calor de la verdad de los pobres, de sus vivencias, dolores, penas, alegrías, frustraciones, anhelos, esperanzas y sueños. Un compromiso construido día a día, acompañando al necesitado, al ofendido, al desheredado. Un compromiso, que cristianamente, exigía acabar con tanta palabrería hueca y vacía y devolver a dios lo que es de dios y a césar lo que es del césar. Un movimiento que exigía que ese pueblo de dios no había nacido para la esclavitud, ni para ser pisoteados, ni para aguantar con el peso de sus vidas malogradas los vicios y los privilegios que no habían sido estabecidos por ley divina, sino por la mano del hombre, por la negra y anticristiana mano del hombre que renegó, como Caín, de sus hermanos.

Y esos cristianos, en la más pura y verdadera fe de Cristo, clamaban subvertir, como antaño lo hicieran los primeros cristianos con un imperio romano déspota y adorador de falsos dioses, otro imperio, el sistema capitalista, que había colocado a pocos hombres por encima de muchos, que se basaba en la apropiación del sudor y la fuerza del trabajo ajeno para mantener aquellas manos del patrón encalladas por la vara dura del azote y no mano encallada del trabajo ni el sacrificio por su comunidad.

Cristo nos enseñó a rebelarnos contra lo injusto, nos enseñó que la vida propia no valía nada si los demás no eran hombres libres en toda su acepción, nos enseñó que por encima de la mentira, estaba la verdad, la verdad del pueblo, una verdad que no gusta ser oída ni por unos ni por otros, como antaño no quería ser oída ni por emperadores ni por fariseos.

Cristo nos enseñó el amor por una comunidad, por una tierra, el amor por la vida, el respeto, la bondad, el espíritu de sacrificio. Cristo nos dejó todo su enorme legado de enseñanzas no para que nos gastásemos fortunas en adorarlo, como al becerro de oro, nos dejó su legado para que lo practicásemos. Ninguna falsa cruz, ni siquiera la cruz cristiana, podrá borrar ese legado ni esa enseñanza.

Cristo murió por la humanidad, dejó testigo con su propia vida lo que quería de los demás hombres: que pusieran su vida para salvar la suya propia y la de su comunidad, para poder salvar a la humanidad y dar testigo a los pueblos de que sin justicia, sin paz, sin libertad, sin amor, la humanidad ni puede ser tal ni podrá sobrevivir mucho tiempo. Cristo dejó testigo de su ejemplo para que todos los hombres fueran ejemplo practicando su ejemplo.

Cristo no está en los pasillos de una fría estancia cubierta de oro cuyo final de pasillo encierra su imagen prostituida de madera. Cristo no está en ese clero que ha callado y calla ante tantas abominaciones de humanidad y de cristianismo, que ha colaborado con tantos asesinos y genocidas. Cristo no está en el sagrario de ningún templo, que nunca fundó en vida. Cristo no está en aquellos que se visten de cristianos todos los días para aborrecerlo y olvidarlo con cada persona, en cada instante, en el trabajo, en la casa, en la calle, en el gobierno. Cristo no está en aquellos poderosos que luchan con todas sus fuerzas para reprimir y oprimir cualquier manifestación de libertad y de justicia. Cristo no está en ninguna guerra de rapiña.

Cristo está en cada hogar pobre, en cada persona con necesidad, en cada futuro abatido por intereses bastardos. Cristo está en el trabajador despedido, en la mujer maltratada, en el parado, en las personas que tienen que dejar su lugar de origen y venir a ser explotados aquí o donde sea. Cristo está en la voz que clama contra las guerras y contra quienes destinan esfuerzos y miles de millones a armar ejércitos. Cristo está en cada mendigo agredido, en cada persona excluida y maltratada, física o de palabra, por su forma de pensar, por su origen, por el color de su piel, por su religión. Cristo está en la verdad del pobre y no en la mentira del poderoso. Cristo está en la naturaleza, en cada animal, planta, árbol, mar, río, bosque… maltratado y machacado por el absurdo interés económico. Cristo está con aquellos que reclamando justicia y libertad sufren insultos, multas, cárcel, palos de la policía o ilegalizaciones. Cristo está en ese 86% del mundo que vive en la pobreza, en los miles de niños que mueren a diario, en cualquier persona a la que se le arrebata la dignidad, la libertad, el derecho a vivir en paz. Cristo está con la verdad del pueblo y con aquellas personas y organizaciones que aspiran a un mundo justo, de libertad, igualdad, paz, tolerancia, democracia y prosperidad.

Cristo está allí donde la luz combate a las sombras, junto al pueblo. Allí donde la verdad no se compra con dinero, ni la mentira con favores. Allí donde no hay más juez que la razón. Los cristianos de base tienen que seguir la senda de Cristo y caminar junto al pueblo que lucha. Ser cristianos de verdad.


Publicado el jueves, 7 de febrero de 2008.

Ante las detenciones, amenazas y la represión a la juventud revolucionaria andaluza: Resistencia, Unidad y Lucha




"Prefiero ver a la India libre por la violencia que esclava y encadenada a la violencia de los dominadores." Mahatma Gandhi.

La madrugada del Jueves 13 de Junio de 2008, un grupo de militantes de Jaleo!!! salía a hacer propaganda por los polígonos obreros de Sevilla. En una de las pintadas, fueron interceptados por dos coches de vigilancia de seguridad privada. Armados con pistola, nos piden identificación y tras algunas negaciones finalmente para no llegar a mayores nos identificamos. Reseñar que cuando uno de los militantes se niega a identificarse y se zafa un vigilante le dice textualmente: "niñato, te voy a partir la cara", quedando claro una vez más que la agresividad de los supuestos vigilantes de seguridad está en alza y aumento sin que los poderes y las empresas digan esta boca es mía.

Dicen que no se puede pintar en paredes privadas (de las publicas ya se ocupa la represora Ordenanza Cívica del Ayuntamiento de Sevilla) cuando exactamente lo que se pinta es para hacer evidenciar al obrero sus condiciones de existencia, sus reivindicaciones y sus problemas. Su vida. No nos dejan otros medios, pero eso para el sistema no vale. Pero sin embargo, ellos, la clase política burguesa y acomodaticia, sí que utiliza cadenas y medios públicos para promover la rapiña a los trabajadores, para asentar el capitalismo brutal, el pensamiento único, el compadreo y los favores. Más caradura no se puede ser.

Porque además, entramos en lo de siempre: la propaganda, las ideas, la imagen. Los poderes, los españolistas, los rabiosamente capitalistas, no lo van a permitir. Estos extremistas que apoyan las guerras, el hambre, la explotación salvaje,la muerte de niños y de mayores, no quieren que se de una versión diferente de cómo está el mundo realmente, no quieren que se utilicen ni medios de difusión públicos, ni paredes públicas ni privadas para que las organizaciones obreras de la izquierda nacional andaluza se expresen.

3.000 euros de multa es la baja material a la que hacemos frente y es la lección que quiere dar el Estado Español a todos aquellos que pinten en una pared. Lo que les molesta no es que se pinte en una pared, sino que los muros hablen, que cuenten las verdades que no salen en sus mass-media controlados por toda la Brunete mediática y sus sucursales. Las pintadas no han durado ni una semana. Algo les preocupa. Dice un refrán antiguo de mi pueblo que "quien a algo huye, algo teme". Algo muy gordo teme el Estado Español cuando reacciona así.

Quieren aleccionar bien a quienes pinten, pero sobre todo, lo que más temen, es la propaganda revolucionaria. Los graffitis, verdaderas obras de arte, muchas veces no se borran, pero una pintada denunciando a una empresa explotadora, una denuncia de la situación laboral, por las libertades nacionales y sociales...esas duran poco, muy poco. Es algo que toda persona debería pararse a pensar. Nada ocurre por casualidad. Quieren que estemos callados y que estemos quietecitos.

Es lícito pintar mientras no se nos dejen otros medios por los cuales expresarnos y llegar al máximo posible de gente del pueblo. No sería procedente si de verdad esto fuera una democracia real y no ficticia. Y aún así, y recalco, aún así, seguiría siendo lícito.

Esos que tanto presumen de la lucha pacífica, de la cantinela de que "todo se puede hacer por otros medios", son los que estando en el poder no dudan en anular toda voz disidente, sino que además, se encargan bien encargados de que ningún rebelde escape a su totalitario control.

¿Delito? Defender tu tierra no es delito. Delito y además delitos no reconocidos en su más absoluta esencia, son las torturas, el paro, los despidos. ¿Terrorismo? En las pintadas no se ha amenazado a nadie, a no ser que sea terrorismo poner: "Frente a la precariedad, joven andaluz rebélate", "Soberanía" o pintadas solidarias con las luchas del transporte, pescadores y las luchas de otros pueblos del mundo. Terrorismo es el capitalismo. Terrorismo son los 18.000 niños que mueren todos los días por inanición. Terrorismo es ocupar un país para apropiarse de sus recursos a costa de un millón de muertos, como en Irak. Terrorismo fue el golpe de Estado al Chile de Allende y la UP. Terrorismo fue Videla, Franco y una buena ristra de indeseables. Podríamos enumerar una larga lista negra.

Como andaluces, como revolucionarios andaluces reivindicamos la no-violencia activa como forma de protesta. Reivindicamos la más pura tradición de Ghandi. Sí, ese líder tan maniatado por quienes en el fondo y en la forma desprecian a quienes ejercen sus ideas y su legado sea cual sea la latitud donde viva. Además, a todos esos se les olvida que Ghandi fue un líder independentista. Demasiado indigesto para los rojigualdos, se vistan como se vistan, de azul, rojo o morado.

Pero que no se equivoquen. La razón de la fuerza no podrá con la fuerza de la razón. Seguiremos utilizando todos los medios morales y éticos posibles para propagar nuestras ideas por una Andalucía Libre, Socialista e Internacionalista y poder así expresarnos y ser escuchados, ya que en sus medios de comunicación (radios, tv´s,periódicos...) no tenemos sitio ni a su juicio, lo merecemos.

Los episodios de multas, persecución, vigilancia, retenciones... han sido siempre agresiones permanentes contra el independentismo andaluz. Las amenazas y la represión no podrán parar las ansias de libertad, de vivir y de crear de la juventud soñadora, consciente y libre de Andalucía. Esa juventud que sufre el paro, la imposibilidad de adquirir una vivienda, la precariedad laboral y humana, los despidos, el robo organizado, institucionalizado y legalizado, la mercantilización de la educación, el control social y la privación de intimidad por medio de cámaras bajo el pretexto de "proteger negocios" y por supuesto...la represión. Y aún seguimos intactos en nuestra dignidad como andaluces y nuestro orgullo obrero y revolucionario; como el primer día. Con las mismas ganas, la misma ilusión, el mismo deber de tender puentes de democracia obrera y soberanía nacional. Con el mismo amor por esta vieja y milenaria Patria llamada Andalucía y por sus entrañas: el Pueblo Andaluz.

La represión está servida y no de ahora, sino desde hace mucho. A los revolucionarios andaluces corresponde derribar esta situación y crear poder popular y nacional para Andalucía desde su clase trabajadora. Las conquistas sociales y de la Humanidad no se regalan, se conquistan. Las Libertades no son estáticas, no se consiguen de una vez y para siempre; y mucho menos bajo el capitalismo y el pensamiento único. Y los andaluces y las andaluzas vamos a conquistar nuestro futuro. Por Andalucía, por los Pueblos y por la Humanidad.

VIVA ANDALUCÍA LIBRE

POR LA REPÚBLICA SOCIALISTA ANDALUZA.

Juanfe Sánchez, andaluz de conciencia, militante e independentista andaluz

Pd: Aquí dejo la letra de la canción "Pinta la pared" de los andaluces Eskorzo, que creo explica muy bien el motivo que mueve a much@s andaluces a utilizar medios como este mientras no se nos dejen otros:

Eh, pinta la pared

Coge la brocha gorda

Y la lata de pintura

Y pinta tó las paredes

Color verde aceituna.

Viá pintá los muros

Que hay delante de mi

Y escribiré la historia de Manuel

Un campesino de mi tierra.

Manuel no se explicaba

No comprendía

La caprichosa economía

Que hacía qu´el perro andaluz

Cada vez estuviera más flaco.

Contra el cortijo del señorito corrió

Y ante su puerta gritó y pintó

Que esto ya se acababa, ¡basta!

Que esta tierra pa quien la trabaja.

A Manuel lo están buscando

Por todo el pueblo los centuriones

D´esos que llevan pistolas con uniformes,

Y el único delito que cometió Manuel

Fue no entender

Que en esta tierra cuanto más se trabaja


Menos se come.


pd: el diseño que acompaña el artículo fué hecho por el mismo autor y represaliado, diseño que ha conseguido éxito mucho después.

32 Aniversario del Asesinato de Javier Verdejo. Nosotr@s no olvidamos (Por Nación Andaluza)




En la madrugada del 13 al 14 de agosto, hace 32 años, un joven andaluz de 19 años, Javier Verdejo, militante de la JGR, caía en Almería abatido por las balas de la Guardia Civil, tras ser sorprendido pintando en una tapia “Pan, Trabajo y Libertad”. Sólo le dio tiempo a poner: “Pan, T…”. Huyó a la playa, donde le asestaron un tiro que le atravesó la garganta.

No fue el único que cayó asesinado por las fuerzas de ocupación españolas en esos años: M.J. García Caparrós, Juan Mañas, Luis Montero y Luis Manuel Cobo (caso Almería, que acabaron descuartizados). Todos ellos víctimas del Terrorismo de Estado que nadie se atreve a mencionar. No son los únicos, rondando el año 2000 hay más víctimas: El Patano o el dirigente de Nación Andaluza Gabriel Lima; Manuel Galdeano en Roquetas hace muy poco o Rosa Pazos en Sevilla son muestras de que el Terrorismo de Estado está vivito y coleando.

Hace 32 años el Estado Español asesinó a Javier Verdejo, un andaluz de 19 años que tenía toda una vida por delante y cuyas aspiraciones dejó claras esa fatídica noche: Pan, Trabajo y Libertad. Y es precisamente por eso por lo que mataron a Javier, o a Blas Infante, o a Lorca, o a García Caparrós o a los miles de andaluces asesinados por el Estado Español: por pedir Pan, Trabajo y Libertad para Andalucía.

Esta Junta de Andalucía lacaya de un Estado Español podrido y corrupto, no reconoce como “Víctimas del Terrorismo” a esos andaluces que fueron asesinados por pedir Libertad, Justicia y Democracia para Andalucía. ¿Con qué legitimidad nos hablan esta gentuza de terrorismo, de derecho a la vida, de reconocimiento de víctimas? PSOE, PP, IU, PA, UPyD…todos estos son culpables por acción y por omisión. ¿acaso estos andaluces no son víctimas de ningún terrorismo? Claro que sí, el español, el de Estado.

Desde Nación Andaluza exigimos de una vez por todas que se reconozcan como víctimas del terrorismo de Estado a todos esos andaluces que, como Javier Verdejo, García Caparrós o los 3 chavales del caso Almería, no han sido reconocidos como tales ni sus casos han sido esclarecidos ni sus responsables encarcelados. Esta es la “memoria histórica” que nos quiere imponer el traidor y españolista PSOE con sus compinches: la amnesia colectiva, el olvido y la injusticia.

Pero la mayor injusticia de todas es que se sigue asesinando hoy a Javier Verdejo porque Andalucía sigue sin Trabajo, sin Pan y sin Libertad. Sin Soberanía para poder decidir nuestro presente y nuestro futuro o para dignificar nuestro pasado.

Como ya cantaba Gente del Pueblo: “Está pidiendo justicia la sangre de nuestros muertos y aquellos que lo mataron andan por el mundo sueltos.”

JAVIER VERDEJO, NO TE OLVIDAMOS
¡¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE Y SOCIALISTA!!

12.Agosto.08 x Nación Andaluza - Sevilla