Hacer un ejercicio de Memoria Histórica Andaluza parece a
simple vista algo sencillo. No obstante, tamaña empresa requeriría al menos, un
libro bastante nutrido para poder reflejar aunque sea someramente, toda su
profundidad. Bastará en este espacio con hacer unas consideraciones que creo básicas
en torno al tema en cuestión.
La Memoria Histórica Andaluza es una y diversa. Una porque
pertenece a un pueblo concreto como el andaluz; diversa, porque está compuesta
de muchas etapas históricas, con sus diferentes pensamientos, coyunturas,
barreras del tiempo, actitudes...pero por encima de todo eso, siempre ha estado
latente esa causa por la que nuestros antepasados y nosotros mismos nos guiamos
hoy: recuperar nuestra tierra, esa misma tierra que pisamos todos los días, en
la que hemos crecido, amado, sonreído, llorado, la misma tierra donde están
enterrados nuestros más lejanos y cercanos antepasados. La misma tierra que nos
fue usurpada por la fuerza. La misma tierra por la que seguimos luchando. Y por
supuesto, un fin, un Fin que nos une a los andaluces de hoy con los andaluces
de ayer: la lucha por la Libertad. Cientos de miles son los andaluces que se
han dejado su vida en ello y por nuestra Libertad seguimos peleando.
Nuestra Memoria Histórica es eso: hacer un ejercicio de
Memoria en clave andaluza, recuperar, dignificar y dar a conocer nuestra
Historia.
Ahora está muy de moda hablar de Memoria Histórica, cuando
hace apenas diez años, hablar de ello suponía condenarte al ostracismo. Precisa
y oportunistamente, muchos de esos condenadores/as, inquisidores del siglo XXI,
son los que hoy parecen tomar las riendas de un debate que ni han querido
afrontarlo seriamente jamás, ni ahora quieren hacerlo en modo alguno, por
muchas imágenes e intentonas preparadas de cara a la galería que se monten.
Ni que decir cabe que el debate está domesticado de
antemano. El discurso machaconamente repetido cara al público y lo que se debe
y no se debe hacer está totalmente controlado por el sistema. Lo malo no es que
se esté encorsetando el debate por derroteros intransitables, como es el querer
identificar la Memoria Histórica con un período, fase o etapa determinada, como
pueda ser la II República Española o el franquismo, es que incluso se está
llegando a extremos tan grotescos cómo querer presentar como "memoria histórica
presentable y únicamente reivindicable" a los represaliados del 80 para
detrás.
Dicen que las leyes no se pueden hacer con carácter
retroactivo. Y en el caso del Estado español, a mi juicio, además, es que no
las van a aplicar ni con retroactividad ni sin ella, es que sencillamente de lo
que no debe hablarse no se va a hablar. Lo demás es meterse en problemas. Ya
sabemos cómo son en este Estado.
¿De verdad están en serio quienes dicen aplican el eufemismo
de que no aplican leyes retroactivas a un régimen genocida, ni a sus cómplices
para no tener que condenar la dictadura franquista? Que yo sepa, minimizar u
omitir, que además en este caso va acompañado de un boicot tremendo al acceso
de información e investigación, es una forma implícita y explícita de dar
carpetazo al fascismo sin depurar responsabilidades ni reparar a las víctimas.
Lo que debe condenarse sin tapujos y buscar responsabilidades en quienes aún
viven y se reclaman de su legado, es tanto ese régimen como las ideas que los
inspiraron.
Memoria Histórica: ¿Sobre qué y para qué?
El mismo término indica de entrada una ambigüedad
proporcional a su inmensidad, pues ¿Qué es Memoria Histórica sino un acto de
recuerdo, recuperación, reflexión y aprendizaje de los sucesos pasados? ¿Acaso
no son todos Memoria Histórica? O más aún, ¿no es la Memoria Histórica unacto
revolucionario que aspira a clarificar lo mejor de nuestro Pueblo para su
bienestar integral? ¿No es quizá la puerta para recordar a todos esos
revolucionarios y revolucionarias andaluzas, salvando sus experiencias?
Cuando hablamos de Memoria Histórica Andaluza no podemos
evitar discernir entre dos grandes grupos: por una parte, memoria histórica
andaluza son todas las personas, hombres y mujeres, así como todo el Patrimonio
que pertenece a la cultura y la identidad nacional de Andalucía. Pero por otra
parte la única Memoria Histórica Andaluza reivindicable es decir, la de
nosotros como independentistas y revolucionarios, son los hombres, mujeres y
hechos que estén en consonancia con nuestros valores. Gente como Blas Infante,
como Caparros, como los cantonalistas, como Mariana Pineda, los bandoleros, los
rebeldes moriscos, que son los que merecen al fin y al cabo figurar en la lista
de los hombres de luz más destacados de Andalucía.
¿Qué pasó con aquellos andaluces anónimos que murieron
contra el invasor romano? ¿Qué fue de nuestra Numancia, la antigua Ostippo
(Estepa) cuyo pueblo prefirió inmolarse antes que ser dominado por los romanos?
¿Qué pasó con los más de 300.000 andaluces moriscos y judaizantes expulsados de
su patria? ¿Y con los guerrilleros monfíes que combatieron y cayeron por la
libertad de Andalucía, de su tierra y su gente? Se cuentan por miles.
Se cuentan por miles también los andaluces asesinados en
campos de concentración nazis, como Mathausen o Gussen. Actualmente se cifra en
unos 22.000 andaluces acreditados víctimas del fascismo franquista. A esta
lista habría que añadir los demás muertos andaluces por el españolismo, como
Casas Viejas, los cantonalistas, los bandoleros, los campesinos asesinados...el
españolismo es responsable de la muerte de muchos andaluces victimas del
nacional-catolicismo (reyes católicos, absolutistas, tradicionalistas,
franquistas...) hasta el neo-españolismo de hoy.
La Memoria Histórica Andaluza no es solamente un acto de
recuerdo, sino que fundamentalmente es un acto revolucionario. Porque con la
Memoria Histórica Andaluza, desde una perspectiva nacional y de clase, sirve
para educar a las nuevas generaciones y sirve para mostrar los caracteres y la
actitud que deseamos colectivamente.
Para bien o para mal, cada cual tiene su propio papel en la
Historia de Andalucía y en la Memoria Histórica por tanto. Lo que no es
reivindicable como tal son los andaluces de ayer y de hoy, que sirvieron a la opresión,
de una forma u otra, contra nuestro pueblo, por muy notables que puedan ser sus
cualidades en tal y cual aspecto. No merecen ser modelo de nada, porque nunca
lo fueron, entre otras cosas. Lo cual no quiere decir que no se les deba dar el
lugar que ocupan y le corresponde en nuestra Historia Nacional. ¿No fueron
quizá andaluces Primo de Rivera (padre e hijo)? ¿No eran andaluces Fal Conde y
muchos lúmpenes obreros que militaban en Falange?
Para mí Memoria Histórica Andaluza serán todos los andaluces
muertos en el sentido histórico del término, pero en el sentido humano y
político, los andaluces únicamente reivindicables en la Memoria Histórica
Andaluza son aquéllos en los que se fraguaron con relevancia y particularidad
los valores nacionales y sociales de Andalucía. Nuestra Memoria Histórica es
Revolucionaria, popular.
En principio, y en un contexto histórico que parte de la
conquista y el sometimiento posterior de Andalucía, hecho que explica nuestra
anexión y pertenencia jurídica al Imperio y luego Estado español, habremos de
decir que Memoria Histórica Andaluza son todos los muertos andaluces asesinados
por el Estado Español desde entonces hasta hoy, sea cual fuere la forma que
adoptase el Estado.
La Memoria Histórica Andaluza molesta tanto a los españolistas
porque les recuerda quienes fueron y quienes siguen siendo. Porque les recuerda
todos sus crímenes y atentados contra el pueblo andaluz. Porque no pueden
soportar que nadie piense hoy en los mismos valores, como la justicia, la
libertad, la igualdad, el derecho a vivir en paz, como diría Víctor Jara. Por
eso odian todo lo que desconocen, porque sólo un ignorante podría dudar de la
intencionalidad de quienes sólo proponen, con sus actos y sus palabras, el
bienestar de un pueblo y su comunidad. Bienestar integral, de todos. Y cuando
decimos todos es todos, pero algunos jamás comprenderán que todos significa
todos. Para ellos, para los españolistas, para el fascismo, el todos se reduce
a ellos mismos, a los de su especie: a la experiencia histórica nos remitimos.
Jamás se habría derramado una gota de sangre en Andalucía si
no hubiera sido por culpa de quienes no comprendieron estoy no tuvieron reparos
en entrar en Andalucía entre otras muchas naciones, a sangre y fuego, matando,
violando, desplazando, destruyendo...sin eso, jamás existiría su «España» y
aquí no existiría ningún problema porque cada cual estaría en su casa a lo
suyo.
Pero es que, por desgracia, estos inútiles integrales y
mentales, son como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Por eso
no son capaces de generar nada más que odio, no saben sembrar otra cosa, habrá
casos que sea premeditado y otros casos que no lo puedan remediar, pero poquito
más, a poco que se expresa uno ya vemos como caen las caretas de ios de siempre.
En eso, y sólo en eso, son verdaderos maestros. Pero de cultura, humanidad,
respeto...nada de nada.
Como decía un antiguo militante de NA, Manu Carcela, en su
artículo "Cultura y Nacionalidad", la cultura andaluza es una cultura
de la opresión, por lo tanto la Memoria Histórica Andaluza, es aquella que está
en consonancia con nuestra cultura, con nuestros usos y valores como Pueblo
Trabajador Andaluz. Nuestra Memoria Histórica es antifascista, popular,
anticapitalista. Es por tanto, una memoria histórica de la opresión, porque
pertenece a una cultura de la opresión y porque esta memoria no es más que la
memoria de una nación oprimida y vejada por los distintos poderes y regímenes
españoles con la complicidad de muchos andaluces traidores a sí mismos y a su
pueblo.
«La Cultura, como realidad colectiva, es decir, en su
autenticidad misma, es lo que queda cuando todo se ha perdido, cuando todo ha
sido arrebatado. Así, devolviéndole a un Pueblo su Cultura se le ofrece la
posibilidad de reencontrar todo lo demás. Se le da ante todo conciencia,
después una historia y, por fin, un lenguaje. Dicho en otros términos: se le
dan armas para reconquistar su propia existencia, su autonomía, su dignidad».
C. Zimmer.
Introducción
Frente a todas aquellas definiciones academicistas,
reduccionistas o metafísicas que suelen hacerse a la hora de definir el
concepto cultura, nosotros definimos la Cultura como la forma específica de
vivir la experiencia humana, resultado de la continua adaptación de una
comunidad concreta a su medio físico, así como a sus condicionamientos
económicos, sociales e ideológicos.
Nosotros partimos de que la Cultura es una manifestación de
la realidad política, económica y social de un Pueblo. Y bien, constituyendo
Andalucía una comunidad dependiente y oprimida, la cultura andaluza debe ser
analizada necesariamente como una cultura en la dependencia y la opresión; una
cultura que debe liberarse de las trabas que le impiden desarrollarse
plenamente y en libertad.
Opresión Cultural
La cultura andaluza es una cultura marcada por la
dependencia; una cultura que vine siendo manipulada y dirigida desde el
exterior; una cultura continuamente acosada por los sistemas culturales de los
Estados dominantes y opresores, y que, a través fundamentalmente de los medios
de comunicación de masas y las nuevas tecnologías, están intentando (y en parte
lo consiguen plenamente) implantar un modelo estandarizado y uniformizado de
cultura ocddentalista, una cultura convertida por la lógica capitalista en
simple mercancía sometida a la ley del mercado; en fin, la cultura andaluza
está sujeta a todo un proceso de aculturación, desnaturalización y alienación
tal que nos permite hablar de situación de opresión cultural.
Es un hecho objetivo evidente la existencia de múltiples
formas de violencia, opresión y prostitución cultural dirigidas a impedir el
fortalecimiento de nuestra identidad como Pueblo y la utilización de nuestra
cultura como arma de denuncia y liberación."
El catedrático Isidoro Moreno se sirve de un marcador
fundamental de la Cultura Nacional Andaluza y de nuestra Identidad Nacional
como es el Flamenco, para decirnos o para utilizar en cierta forma lo que es
una muestra viva de la Memoria Histórica Andaluza o de muchos aspectos que la
resumen y que la definen como una cultura de resistencia frente
a la estandarización hay frente a la utilización y
manipulación por parte del Estado español de nuestras señas de Identidad
Nacional más visibles.
La Memoria Histórica Andaluza no puede presentar como
valores aceptables para su pueblo a personajes, hechos o situaciones que bien
traicionaron a Andalucía o la vendieron o la sumieron en la peor de las
esclavitudes y dominaciones.
Por tanto, los señoritos, los capitalistas, los banqueros,
los antiguos duques, los caciques, los reyes castellanos, toda esta gente no
merece figurar como ejemplos presentables y reivindicables para la Memoria
Histórica de Andalucía.
Más aun hoy donde estamos en una Nación oprimida como
Andalucía, donde no hay una relación de igual a igual con el Estado, sino que
es este quien agrede y domina de forma económica, cultural, política, social,
laboral. No se puede hablar de una Memoria Histórica Andaluza Libre, mientras
no esté en manos de los andaluces y no se puede hablar de una Memoria Histórica
Andaluza Libre si ésta no ha tras¬cendido aún a la mayoría de las clases
populares de Andalucía, porque por muchos mitos e intoxicaciones que se hayan
derribado, si las clases populares andaluzas no interiorizan sus propia
historia, sus propias enseñanzas, sus propios mitos liberadores, de nada
servirá que esto sea así para la Liberación de Andalucía. El problema, una vez
más, pasa por la conciencia nacional, por la educación de nuestro pueblo en
torno a nuestros valores y nuestra cultura y atendiendo nuestras necesidades,
no en torno a políticas aculturadoras y asimilacionistas del Estado, dirigidas
no sólo a acabar nacionalmente con el Pueblo Andaluz sino a desamarlo política
y socialmente a través de la alienación y explotación de la clase trabajadora
así como a través de la represión y destrucción de la organización, la
conciencía y las organizaciones obreras.
La memoria histórica andaluza contemporánea.
Es difícil discernir sobre cuando empieza lo contemporáneo
en Andalucía. Los bandoleros difuminan su aparición con los restos de los
bandoleros monfíes. El final de los bandoleros, a finales del siglo XIX, se
entrecruza con la Sublevación Cantonalista o la Constitución Andaluza de
Antequera. Y de ahí inevitablemente, ya enlazamos al período del oficialmente reconocido
como "Andalucismo Histórico", así como con el Trienio Bolchevique
Andaluz, las manifestaciones, agitaciones cam¬pesinas que seguían tras siglos
de expolio y explotación...
La memoria histórica andaluza actual.
Nuestra memoria histórica andaluza viene marcada no sólo por
la que nos antecede, sino que viene muy determinada por el proceso de caída del
régimen franquista, el continuismo mediante las instituciones actuales,
heredadas y controladas por los fascistas y las movilizaciones en pro del autogobierno
nacional y la justicia social.
En todo este proceso se nos vienen varias fechas que
simbolizaron paralelamente la cara y la cruz, la esperanza y la frustración de
este humillado País: el 4-D del 77, todo un acto de reafirmación nacional y
rebelión social, el principio de una esperanza. Apenas Andalucía despertaba del
letargo dictatorial, nadie se imaginó aquella eclosión de conciencia nacional
no rentabilizada políticamente por los auténticamente andalucistas.
Los pactos de Antequera, como sucedáneos de una
"autonomía" otorgada por los aparatos continuistas del anterior
régimen, fueron consensuados por los políticos españolistas y capitalistas, así
como por buena parte de la izquierda estatalista y los regionalistas. Se le
engañó al Pueblo Andaluz desde el Poder, desde el Estado Español diciendo que
no había autonomía posible si no era la que el Estado ofertaba e imponía. Las
esperanzas que el pueblo depositó en sí mismos, fueron usurpadas con este
pacto. Finalmente, el 28-F representó la derrota definitiva de Andalucía y de
su movimiento autónomo, consumándose el engaño masivo de que ya teníamos
autonomía como país cuando simplemente nos habían otorgado una mera
descentralización sin más efectos jurídicos que recaudar y disponer de limosnas
en nuestro propio País. La mayoría creyó, a través de la campaña del 151, que
esa era la Autonomía por la que luchaba el Pueblo Andaluz. Vil mentira para
justificar que al pueblo andaluz le habían vuelto a robar la soberanía. Y el
Pueblo Andaluz, embelesado con los cantos de sirena del Estatuto de Carmona,
confió de nuevo en sus depredadores.
¿Y las víctimas? ¿Cuántas víctimas inocentes cayeron?
¿quiénes son nuestras víctimas?: 3 obreros en Granada, frente al sindicato
vertical (1970), Javier Verdejo (19776), García Caparros (1977), Caso Almería:
Luis Montero García, Luis Cobo Mier y Juan Mañas Morales (10 Mayo 1981), José
Manuel Sevillano (preso político, 1989), Jesús Fossatti (Cádiz, 1997), El
Patano (Algeciras, 1999), Gabi Lima (Málaga, 1999), Inmigrante militante SAT
Ejido (2007), Inmigrante ahogado tras serle pinchada por la GC la embarcación
donde iba incluso pidió auxilio y se le denegó. (Septiembre 2007), Manuel
Galdeano (Roquetas de Mar 2008), Conductor camión asesinado (Algeciras, 17
marzo 2008), Joven granadino asesinado (Granada, 24 años, Pinos Puente, 17
marzo 2008), Rosa Pazos (2008).
Es una tarea grande recuperar, dignificar, difundir y luchar
por nuestra Memoria Histórica. Es una tarea a la que invito a todos los
andaluces de conciencia. El Estado opresor español quiere borrar todas nuestras
señas de identidad borrando el recuerdo de nuestra memoria, desde la más
lejana, a la manipulación de las víctimas de hoy y ayer que serán mañana
Memoria Histórica. Impidámoslo. Sea por Andalucía Libre, Los Pueblos y la
Humanidad.
Publicado inicialmente en la Revista Independencia, en Kaos en la Red e Identidad Andaluza, entre otros medios, en octubre de 2009
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