El pueblo
andaluz se comporta la mayor de las veces como Gwinplaine, aquel payaso de
eterna sonrisa del que hablara Blas Infante refiriéndose precisamente al nivel
de colonización y alienación mental, cultural, social...de l@s andaluces/zas: "...En
estos tiempos en los cuales todas las normas se rompen y todos los valores se
derrumban, el Mundo necesita de un pueblo definidor o creador de lo Humano, que
es lo divino sobre la Tierra. Vosotros, acostumbrados a servir de espectáculo
como Gwinplaine, robado a sus padres nobles, y a quien la despiadada cuchilla
de unos titiriteros, mutilándole los labios, condenó a reír en el circo
eternamente; vosotros no podréis acaso admitir que en la Historia de los
hombres, por vuestra noble ascendencia, tenéis derecho a representar una
suprema esperanza de la humanidad en crisis. Sin embargo sois la estirpe
castigada de aquellos hombres que de Andalucía hicieron en sus épocas de
libertad jardín de infinitas bienandanzas; los herederos de aquellas
generaciones incomparables, por quienes Andalucía llegó a resplandecer como
Faro del Mundo, elaborando culturas y civilizaciones desinteresadas y
poderosas." Blas Infante escribía esto a 15 de junio de 1936, un
escaso mes antes de la sublevación fascista y que en lo esencial, sigue
teniendo plena vigencia hoy día ante el panorama que se nos presenta en el País
Andaluz y en el mundo.
Gwinplane,
con su alma y sonrisa mutilada, estaba triste si no le sacaban sus amos al
circo para exhibirlo, que es cuando se alegraba. ¿Cabe más humillación que esa?
Los andaluces, por ejemplo, debido a su alienación, no son capaces de afrontar,
por serle ocultada, la alternativa revolucionaria nacional e internacionalista
que ponga fin a sus miserias materiales, políticas, sociales, culturales o
ambientales. Es decir, no quiere -porque no puede- enfrentarse en serio con los
graves problemas que la rodean: paro, crisis, vivienda, sanidad... pero sin
embargo, todos acuden a la llamada del poder foráneo cuando vienen a casarse a
Andalucía los hijos de los dueños de la corte que nos proclama un pueblo
dependiente y vasallo. Cuando Andalucía no sale a la calle por su presente y
futuro, y sólo sale a la calle a recibir a los reyes, a las infantas, a sus
bodas y chorradas que bien poco van a dar a los andaluces; cuando muchos
andaluces/zas salen a recibir y saludar a los máximos dirigentes de los
partidos españolistas, Andalucía se comporta como Gwinplaine. Un pueblo que
sólo se alegra cuando sale a recibir a los máximos exponentes de su negación y
opresión.
Hay Gwinplaines
por Andalucía que no sólo salen a recibir a esos exponentes de la propia
opresión, sino que, por ejemplo, rizando el rizo de su colonización mental,
much@s pugnan entre ell@s miserablemente por salir por la misma tv, por los
mismos canales televisivos del españolismo, que minutos después lo presentan
como chachas, vagos e incultos, como un pueblo sin identidad, como una
"región", del resto del España, por supuesto. También abundan los Gwinplaines
que dicen que no hay más república que la española o que la andaluza vendrá
concedida por aquella. Lo cierto es que hay andaluces que hace ya muchos años
dejamos de creer en los príncipes, besos y cenicientas de los cuentos para no
dormir del españolismo, se vista como se vista.
Por eso,
ante tanto Gwinplaine que campan por Andalucía orgullosos de ser
domesticados, de ser exhibidos como mascotas dóciles, decimos como ya dijera
Blas Infante: "Andalucía no ríe, llora. Llora al ver a sus hijos,
tambaleándose de hambre y de dolor, emprender el camino amargo que a la
emigración conduce, buscando tierras que ella no puede darles porque entre unos
cuantos señores la esclavizaron (...) Dicen que los cantares andaluces son
evocaciones a la muerte: ¿qué otro refugio que la deshonra y la muerte dejaron
a esta diosa excelsa, humillada, que se llama Andalucía? Andalucía no ríe,
llora..."
Andalucía
llora por el millón de parados que le fabrica el capitalismo y la dependencia,
llora por sus hijos de la emigración que aún no han vuelto, llora porque
supuestamente teniendo "autonomía" sigue sin ser soberana; llora por
el sangrante problema de la vivienda para sus hij@s, llora cuando los ve
desfilar en legiones hacia el INEM, o peor aún, hacia la soga; llora cuando los
ve caer y morir desde los andamios cuando sólo andaban buscando el trozo de pan
que sigue siendo necesario ganar en Andalucía. Nuestra Nación llora cuando ve a
sus hijos golpeados por las supuestas "fuerzas de orden y seguridad"
por exigir aquello que se le niega: la dignidad, el derecho a vivir. Llora
porque su tierra no sirve para dar prosperidad y bienestar a sus hij@s, sino
para bases militares desde donde se cometen, almacenan, pasan o permiten toda
clase de actos inhumanos contra otros pueblos y contra nuestro mismo pueblo.
Andalucía,
nuestro país, llora cuando ve despreciada su identidad, su cultura, su
historia, sus hijos más ilustres y luminosos, la luz a la que se refiere su
Himno Nacional. Llora cuando asiste impotente a la masacre de personas en el
estrecho, much@s de ell@s descendientes de andaluces. Llora cuando ve a sus
hij@s ignorar todo esto. Andalucía llora por las costas destruidas, por los
bosques quemados, por sus hombres y mujeres alienados, reducidos a la nada.
Andalucía llora por tantas cosas...
También hay Gwinplaines
por Andalucía que no paran de afirmar que tienen dos identidades, la andaluza y
"la española". ¿Puede una persona tener dos identidades, partirse en
dos, ser como el joker de dos caras? Está claro que no, salvo por un trastorno
de personalidad. A nivel de naciones sin Estado este trastorno de personalidad
es de identidad, es decir, no cabe hablar de trastorno, sino de alienación.
Desde luego que para un andaluz, si es alienado, no duda en afirmar lo de
andaluz y español, aunque no sepa ni explicar que es España ni en que se basa,
solo alude a decir que es lo que se estudia en la escuela, o lo que pone el DNI
o lo que dice la tele. Más aún, cuando afirman que "Andalucía forma parte
de España" no lo hacen en sentido cultural ni identitario, sino en el
sentido literal de que Andalucía no tiene Estado propio, siendo evidente su
anexión al Estado Español (que a eso se refieren con lo de
"pertenencia"). Además, ante este panorama según su afinidad
ideológica podría incluso decirse "andaluz y cubano" por mucho que
biológicamente no sea así, de la misma forma que durante la dictadura muchos se
decían "rusos" y no españoles por su condición de comunistas (yo
mismo tuve un anciano vecino así); luego están los otros colonizados que,
edulcorando la situación de dependencia, sojuzgación y negación de derechos
democráticos para Andalucía se declaran "andaluz y ciudadano del
mundo" o mucho peor, "ciudadano del mundo" a secas, máximos
exponentes del cosmopaletismo y de la forma atea de salvar a España callando la
dominación y sojuzgación que ejerce el estado español sobre Andalucía y los
andaluces.
Muchos
trabajadores andaluces se comportan como Gwinplaines en Andalucía cuando
son incapaces de salir por un trabajo, por una vivienda, por el pan, mientras
que lo hacen por un equipo de fútbol, o mejor dicho, por una sociedad anónima,
capitalista por supuesto. Gwinplaines andaluces que solo se sienten
felices cuando se emborrachan o provocan peleas gratuitas. Gwinplaines
que se arrodillan ante su ofensor y atacan a su semejante humillado, pobre y
ofendido. Gwinplaines que se sienten a gusto con el circo o hacen
negocio de él.
Aunque un
andaluz no deje de ser andaluz y colonizado por el mero hecho de imponerle un
DNI del estado sojuzgador y opresor, no deja de ser significativa la tremenda
alienación de los que dicen ser "andaluces y españoles". Unos
andaluces colonizados que dicen ser "andaluces y españoles" que me
recuerdan inevitablemente a unos senegaleses colonizados que decían "como
senegalés y francés..." o unos indios que decían "como indio e
inglés...", etc.
Decía Franz
Fanon que, al indígena, al natural de un país, de una comunidad nacional, no le
basta sólo con la liberación obrera para romper definitivamente su alienación y
colonización mental y nacional. Le hace falta reconocer su nación, recuperarla
para sí, ponerla a su disposición. En iguales términos que Fanon se manifestaba
muchos años antes Blas Infante: "...Los que hacen de la política una
profesión exclusiva y excluyente (como una propiedad) hablan de conflictos
entre ideas y realidades...la diferencia entre ellos y nosotros es ésta: para
ellos, las realidades de un país son los intereses creados, para nosotros, los
dolores creados por esos intereses..."
No me queda
más remedio, para acabar, que decir a modo de conclusión las siguientes
palabras de Blas Infante: "No basta querer una cosa, es preciso
estudiar el modo de conseguirla y saber cuál es la acción más eficaz para la
liberación del pueblo andaluz. Yo sé que el camino es largo, lleno de
incomprensión y dificultades; pero sabed que a cada hombre que le hagáis llegar
a conocer la historia de Andalucía, la personalidad de sus gentes, la manera de
ser y de entender la vida y la forma, sobre todo de expresarla y desarrollarla,
será un piedra firme de ese edificio que entre todos los andaluces, sin
política falsa, sino con actuación legítima del querer hacia el pueblo, tenemos
que levantar limpiamente y hacerlo relucir, con los valores que son propios de
nuestra cultura, para ejemplo de esta humanidad perdida, hoy, en el caos de su
conformismo.
Será
entonces, cuando todos los andaluces conozcan su verdadera historia y esencia,
cuando logremos llegar a obtener el poder necesario para exigir el respeto a
nuestra personalidad, tan diferente de aquella que tratan de imponernos y, en
cierta forma, la han hecho asimilar a nuestro desgraciado pueblo, indefenso y
perdido, entre ambiciones de todo tipo: económicas, políticas y hasta
culturales, tratando de matar previamente la nuestra..."
Sigamos el
camino liberador que nos legaron nuestros antepasados moriscos, Aben Humeya,
Tahir Al-Hor, Diego Corrientes, Fermín Salvochea, los cantonalistas,
Marx, Blas Infante, Seisdedos y compañía, Lenin, Franz Fanon, Ho Chi
Min... así como el de otros muchos andaluces o no, rebeldes y libres, no el camino
de Gwinplaine. Entonces y sólo entonces, cuando Andalucía sea Libre, Andalucía
actuará para sí, Andalucía actuará para la Humanidad.
Juanfe Sánchez, militante de Nación Andaluza y el SAT.
Este artículo fue publicado bajo el pseudonimo de Fernando de Válor, por razones propias del autor el 9-4-2010, en medios como Kaos en la Red y diversos medios independentistas.
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